Tu hogar en las montañas

Tu Hogar en las montañas

Tópaga

Territorio habitado inicialmente por los pueblos indígenas Muiscas, bajo el Cacicato de Sugamuxi o Iraca. Ocupado por orden de la Corona Española en el año 1537. El Cácique de Tópaga fue despojado de sus tierras en el año 1564 por Gonzalo Jiménez de Quesada y en el año 1593 se realizó su fundación hispánica por el corregidor Álvaro Leiva.

Se destaca la Parroquia de la Inmaculada Concepción construida inicialmente por los Franciscanos en 1632, y reconstruida posteriormente por los padres Jesuitas en el año 1640, que con la imagen de un dragón que escupe fuego en su arco toral, da la impresión de tener al diablo adentro. Es reconocido por ser un pueblo carbonero, donde son pioneros en la realización de artesanías en carbón mineral. 

Cuenta con un sinnúmero de rutas para realizar caminando o en bicicleta a través de los más espectaculares paisajes, con el inicio del cañón del Chicamocha, y el páramo de Llanogrande, perteneciente al complejo de Páramo Tota – Bijagual – Mamapacha.

Escalada en roca en el parque de escalada de Puente Reyes, cuyo nombre se da en honor al General Reyes Patria, quien ganó su fama durante la Guerra de Independencia, en la batalla de Tópaga el 11 de julio de 1819, al batirse a duelo con un oficial realista y resultar vencedor.

Atractivos turísticos

Parroquia de la Inmaculada Concepción

La corte franciscana intentó sin éxito evangelizar a los indígenas del territorio. Al llegar los Jesuitas en 1640, notaron fiestas religiosas con matices precolombinos, una iglesia inadecuada e indecente, y una muy baja comprensión del dogma Cristiano. El templo fue reformado dejando atrás la ideología de pobreza, a una escenografía bajo los parámetros barrocos. 

La campaña evangelizadora de la Iglesia Católica no estaba cumpliendo con las expectativas. La Compañía de Jesús, amparada por las decisiones del Concilio de Trento tomó las riendas del programa evangelizador en la Nueva Granada en el año 1606. 

La Compañía de Jesús tenía bajo su cargo la Encomienda de Duitama, que con más de dos mil indígenas evangelizados y tributando, deciden permutarla por la Encomienda de Tópaga, con no más de ciento noventa gentiles. Con haciendas y colegios como fuente de financiación, y una estricta administración, los Jesuitas destacaron sobre las demás misiones evangelizadoras.

La decisión de tomar el mando sobre la encomienda de Tópaga, se da con el único objetivo de retornar a los Llanos Orientales, de donde habían sido despojados de su misión evangelizadora en el año 1628. Tópaga está ubicado sobre la ruta que conduce de Duitama y Sogamoso a los Llanos Orientales, y se consideró el límite natural entre los dos territorios. 

La conquista de un territorio se da en el momento de la construcción de un templo doctrinero. El nuevo templo de cal y canto se impuso sobre el antiguo templo de bahareque. La compañía de Jesús logró un punto de unificación entre la sociedad y la cultura. Es capaz de transmitir a través de imágenes el lenguaje universal.

El Altar de los Espejos, ubicado al lado izquierdo de la iglesia, cuenta con 33 espejos inclinados hacia abajo, reflejando a todo espectador que mire hacia el altar. Intercalados entre los espejos, se encuentran imágenes de santos en su mayoría Jesuitas, como San Francisco Javier y San Estanislao de Kotska.

Es el arco toral lo que más llama la atención sobre este templo. Recubierto completamente en madera, enchapado con laminilla de oro. San Ignacio de Loyola al lado izquierdo del arco y San Francisco Javier al lado derecho, patronos de la Orden Jesuita, sosteniendo cada uno un rayo de luz, de lo que parece ser los destellos radiantes de Jesús, envuelto en un corazón con las inscripciones IHS que describen a los Jesuitas.

En la base del arco, dos ángeles mostrando con las manos las señales de silencio y de indicación. Señalan hacia arriba, a unos ángeles con trompetas, que indican el principio del pecado.

Jesus es representado como un niño. La figura de Dios es el corazón en el centro de todo. La representación del diablo mirando a los feligreses, intenta demostrar la oposición entre Dios y el diablo.

El texto de San Ignacio de Loyola a la caída del diablo y su lucha con el arcángel San Miguel, es lo que se cree fue la inspiración para el diseño y construcción del arco toral. 

Para los Jesuitas, la meditación sobre los pecados propios se debe comenzar sobre la soberbia del demonio ante Dios. El diablo jesuítico opera de manera individual en la conciencia de cada individuo, así pues la caída del diablo es una victoria parcial sobre el demonio, pues en la conciencia de cada uno permanece libre y tiene la oportunidad de manifestarse.

Parque principal 11 de Julio

Su nombre es en honor al evento que ayudó a definir la historia reciente de Colombia y de sus países hermanos Venezuela, Ecuador y Panamá. El 11 de julio de 1819 durante la Guerra de Independencia, ocurrió la Batalla de Tópaga – Batalla del Peñón de Tópaga, Batalla de los Molinos de Tópaga – donde ocurrió una proeza militar por parte del ejercito libertador en cabeza del General Simón Bolívar.

La tropa libertadora venía de atravesar el difícil Páramo de Pisba, donde las duras condiciones climáticas doblegaron a los combatientes, y acabaron por completo con la caballería. Sin embargo, era el único paso de los llanos al altiplano donde no encontraría tropas realistas que impidieran su paso.

Al terminar su travesía por el Páramo, la tropa libertadora se encontraba diezmada y con hambre, pero con el coraje a flor de piel y dispuestos a todo para conseguir su libertad. 

Entre los días 7 y 11 de julio, en los sitios conocidos como el Peñón de Tópaga, los Molinos de Tópaga y el puente que conecta a  Gámeza con Tópaga, ocurrieron algunas de las contiendas mas sangrientas y a la vez decisivas de la campaña libertadora. Tras resultar vencedor el ejercito patriota, no volvió a conocer la derrota, logrando así la independencia para la Nueva Granada.

Inicialmente en cada esquina del parque, se encontraba una capilla posa para un total de cuatro. En la actualidad, solo una queda en pie, sin embargo es uno de los pocos municipios en Colombia que aún conserva alguna de las capillas posas, construidas durante la colonización española, con el fin de evangelizar a las poblaciones locales. 

En el centro del parque, se encuentran 4 pinos ciprés, que se han podado bajo la técnica de arte topiario, para que tomen siluetas zoomorfas y geométricas, causando gran admiración para locales y visitantes.

Dos monumentos adornan el parque, uno en honor al Coronel Antonio Arredondo, comandante del Batallón Cazadores, quien fue herido de muerte durante la Batalla de Tópaga. El otro monumento es en honor a los héroes caídos en combate durante la misma contienda.

Se encuentra también un curioso homenaje realizado por Cerveza Águila a la población topaguense, al parecer por su extraordinaria forma de ingerir la bebida.

El clima del municipio tan cerca a los páramos, hace que la niebla lo visite de manera imprevista, creando un ambiente único que invita a conocer más sobre este mágico pueblo.